Las invasiones en las plantaciones de banano de La Esperanza, La Paz y Guanacaste en noviembre pasado resultaron en daños significativos. Esto ha llevado a un cierre temporal de estas fincas, lo que ha resultado en la suspensión de empleos para alrededor de 500 trabajadores temporales y una disminución del 50% en las exportaciones de banano.
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La compañía bananera cesará la exportación de mil contenedores de banano y no se distribuirán 25 millones de lempiras en salarios durante este período de suspensión de la producción, que durará varios meses. El fruto sufrió daños durante la ocupación, que duró seis semanas, causando pérdidas millonarias a la empresa agropecuaria Santa Inés, dueña de las plantaciones ubicadas en Isletas, Sonaguera, Colón.
Alirio Garay, presidente del Sindicato de Isletas (Sitraeasisa), expresó su preocupación por los despidos, pero espera que las fincas puedan recuperarse en unos meses para volver a contratar personal. Garay instó al Gobierno a intervenir para prevenir más invasiones y garantizar el empleo. Aseguró que no hay fruta disponible en este momento para procesarla y enviarla a Estados Unidos.
Garay también afirmó que las empresas no cerrarán operaciones, pero sí habrá una reducción en las ganancias, ya que no se alcanzará lo programado para la exportación. El líder bananero hizo un llamado al Gobierno para que tome medidas y evite las invasiones de tierras este año, que perjudican la economía del país. Las plantaciones de banano de Isletas abarcan dos mil hectáreas y unas mil hectáreas están dañadas en las tres fincas.
La invasión causó pérdidas diarias de alrededor de 5 millones de lempiras a la empresa Santa Inés, ya que se les impedía exportar el banano a Estados Unidos. Además, debido a la falta de mantenimiento, el avance de las enfermedades que dañan las fincas, como la sigatoka, entre otras, es considerable.