El abogado ambientalista hondureño Donald Hernández advirtió hoy sobre las consecuencias del cambio climático, destacando la «pobreza y el desplazamiento forzoso» que afecta a miles de familias en Honduras. En un evento organizado por la ONG española Manos Unidas para presentar su campaña anual, ‘El efecto ser humano’, Hernández responsabilizó a las industrias agroalimentaria, minera y energética por la «crisis climática» en su país.
(Foto: El Heraldo)
Hernández expresó su preocupación por la falta de capacidad del Estado hondureño para apoyar a la población afectada, que se enfrenta a una «migración forzosa, tanto interna como externa», desde hace dos décadas. Afirmó que la degradación del entorno rural, origen de los llamados «refugiados climáticos», comenzó hace veinte años con la llegada de la industria agroalimentaria a los valles, las tierras más fértiles de Honduras.
Según Hernández, la agroindustria desplazó a las comunidades locales de los valles, reemplazando sus productos locales por monocultivos rentables en el mercado exterior, pero insuficientes para cubrir las necesidades locales. Estos monocultivos, como el aceite de palma, han reportado beneficios económicos significativos pero también han contribuido a la degradación del suelo y tensionado los recursos hídricos.
El abogado ambientalista destacó la amenaza de la minería a cielo abierto, especialmente en áreas montañosas donde se encuentran yacimientos minerales ricos. Hernández subrayó que las operaciones mineras, a menudo otorgadas a multinacionales sin el consentimiento de las comunidades indígenas afectadas, violan el Convenio 169 de la OIT y vulneran los derechos a la alimentación y a la permanencia en la tierra.
Hernández señaló casos específicos, como el Valle del Siria, donde las comunidades denunciaron contaminación y daños a la salud debido a las operaciones de una mina a cielo abierto. A pesar de la suspensión posterior de la licencia en 2010, los efectos negativos ya eran evidentes. Hernández abogó por la educación de las comunidades en «autoconsumo y resiliencia» ante la situación de pobreza que afecta al 40% de la población hondureña.