Hace 25 años, Luis Emilio Juárez Salgado, un abuelo hondureño de 82 años, abandonó su oficio como albañil debido a la falta de oportunidades laborales para alguien de su edad. Sin embargo, lejos de dejarse vencer, este ejemplar personaje se ha convertido en una figura conocida en las calles de San Pedro Sula, donde se gana la vida vendiendo verduras y frutas de temporada.
Foto: laprensahn
Conocido cariñosamente como «El Tío» por los habitantes de la ciudad, Luis Emilio recorre con vitalidad los barrios sampedranos de Guamilito, Barandillas y el Centro, exhibiendo una sonrisa que acompaña los productos frescos que ofrece en su carreta. Su historia destaca en medio de una sociedad que a menudo se enfrenta a la escasez de empleo y otros desafíos.
«Tenía 57 años cuando dejé de ser albañil, ya no me daban trabajo por la edad», relata este carismático vendedor. «Decidí empezar a vender, y aquí estoy 25 años después», añade con un toque de humor, dejando claro que su energía para trabajar sigue intacta. A pesar de los años, «El Tío» irradia vitalidad y se distingue por su estilo jovial.
Originario de Danlí, El Paraíso, Luis Emilio nació el 7 de octubre de 1942. Viudo desde hace dos años, reside en El Milagro (Villanueva) en la colonia Montecarmelo de Dos Caminos. Desde las 6:00 a. m. hasta las 6:00 p. m., se dedica a la venta ambulante para asegurar su sustento diario. Aunque le sobreviven cuatro de sus siete hijos, es su hija, Reyna Isabel Juárez, quien le proporciona la comida en las tardes.
«No tengo vicios, solo el de comer», aclara entre risas, destacando su enfoque simple y positivo ante la vida. En las calles, es conocido como «El Tío», pero en su colonia lo identifican simplemente como Juárez. Su historia es un recordatorio inspirador de la resiliencia y la determinación, desafiando las adversidades con una sonrisa que ilumina las calles de San Pedro Sula.
