El conductor del autobús que desencadenó la tragedia en San Juan de Opoa, Copán, occidente de Honduras, confirmó que su ayudante manejaba la unidad en el momento del accidente, en el que fallecieron al menos 17 personas y otras 12 resultaron heridas.
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Jorge Alberto Chavarría Padilla, visiblemente afectado, mencionó que su ayudante asumió el control «cuando veníamos por Cucuyagua». En el momento del accidente, solo estaban en la unidad grande tres personas: el ayudante, una pasajera extranjera y el motorista.
Chavarría explicó que el accidente ocurrió cuando dos vehículos estaban adelantando al autobús y su ayudante, sin experiencia, detuvo bruscamente la unidad. Lamentó la situación, diciendo: «Por hacer un bien, hice un mal».
Chavarría fue detenido y, durante la entrevista con un medio local, estuvo bajo la custodia de la Policía Nacional. La pasajera expresó su deseo de bajarse antes del accidente, y Chavarría sugirió que podría estar nerviosa porque tenía destino a Tegucigalpa.
El autobús «rapidito», donde viajaban las personas fallecidas, se dirigía desde Lepaera, Lempira, hacia San Pedro Sula, y pertenecía a la empresa «Torito».
La unidad de transporte grande transportaba migrantes desde la aduana de Agua Caliente. Cabe mencionar que miles de migrantes de Sudamérica atraviesan diariamente Honduras en su ruta hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
En octubre pasado, cuatro migrantes perdieron la vida cuando un autobús se precipitó en una hondonada.