Durante los próximos tres meses, Honduras experimentará la transición climática de El Niño a La Niña, lo que resultará en un aumento de las lluvias y una temporada de huracanes altamente activa, con la posibilidad de que al menos cinco huracanes afecten al país.
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Tras un año marcado por una disminución de hasta un 70% en las lluvias debido a El Niño, se espera que entre junio y julio se produzca la transición a La Niña, lo que generará un aumento de las precipitaciones en el país y alimentará la actividad de huracanes, según indican los modelos meteorológicos.
El fenómeno de El Niño se caracteriza por provocar sequías, mientras que La Niña resulta en un aumento de las lluvias. Para el año 2024, Honduras se prepara para la transición a La Niña, lo que implica una temporada de huracanes potencialmente impactante, con pronósticos que sugieren que el país podría enfrentar hasta cinco huracanes de gran magnitud.
Según José Pavón, meteorólogo del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), se espera que las lluvias comiencen a intensificarse a partir de la segunda mitad de mayo, con una transición más significativa en junio y julio.
Esta noticia representa una perspectiva favorable para la agricultura y la producción de granos básicos en Honduras, especialmente después de la intensa sequía experimentada en 2023 debido a El Niño. Pavón señala la posibilidad de la formación de un número considerable de tormentas tropicales, algunas de las cuales podrían convertirse en huracanes de categoría cinco y afectar la región del Caribe, incluyendo Honduras.
El experto en clima Nabil Kawas también destaca la alta probabilidad de que las tormentas tropicales impacten en el país, con un riesgo del 43% de que los huracanes afecten directamente a Honduras, incluyendo la posibilidad de huracanes de categoría 3, 4 o 5. Sin embargo, subraya que estas son probabilidades actuales y que es necesario seguir monitoreando la situación de cerca.