La capital hondureña enfrenta un doble desafío: lidera en el Índice de Calidad del Aire en el continente y se encuentra entre las ciudades más contaminadas del mundo. Ahora, además, se suma la amenaza del polvo del Sahara.
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Tegucigalpa, hasta el martes 7 de mayo, estaba en una posición preocupante en este índice. Ingrid Flores, jefa de Proyectos de Mitigación de Riesgos de la Unidad Municipal de Gestión Integral de Riesgos (UMGIR), explicó que la entrada del polvo sahariano podría empeorar aún más la situación.
Aunque este fenómeno suele ocurrir entre junio y julio, este año se espera que llegue antes debido a los cambios climáticos. La mezcla de estos elementos podría aumentar los niveles de contaminación atmosférica, según Flores.
Ante esta situación, se recomienda tomar medidas como el teletrabajo y la reducción del tráfico vehicular para mitigar el impacto. Sin embargo, estas acciones solo ofrecen una solución a corto plazo, ya que la cantidad de automóviles en la capital sigue siendo alarmante, con un promedio de un automóvil por cada dos personas y un parque automotor que supera los 578 mil vehículos.