Las remesas familiares que ingresan a Honduras son una fuente importante de ingresos para muchas familias que dependen de sus parientes en el extranjero. Este año, el flujo de remesas ha mostrado un crecimiento moderado en comparación con el año anterior, según los datos del Banco Central de Honduras (BCH).
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De enero a noviembre de 2023, la entrada de remesas ascendió a 8,388.5 millones de dólares, lo que representa un aumento de 457.7 millones de dólares, equivalentes a 5.77%, respecto al valor registrado a noviembre de 2022 (7,930.8 millones de dólares).
Sin embargo, este resultado es menor al observado en el período enero-noviembre 2021-2022, cuando el ingreso de remesas aumentó en 1,262.5 millones de dólares al pasar de 6,668.3 a 7,930.8 millones. El crecimiento porcentual fue de 18.93 puntos, lo que indica una desaceleración en el ritmo de crecimiento de las remesas. De enero a noviembre de 2021, la entrada diaria de remesas familiares fue de 20 millones de dólares, en promedio; para 2022 aumentó a 23.7 millones, y para 2023 subió a $25.1 millones al día, lo que refleja una mayor demanda de divisas por parte de los hondureños.
El Banco Central de Honduras registró el año pasado la entrada de 8,686 millones de dólares en remesas, superando en 17.4% la cifra de 2021 ($7,370 millones), lo que fue un récord histórico para el país. Las remesas familiares son un factor clave para la economía hondureña, ya que representan alrededor del 20% del Producto Interno Bruto (PIB) y contribuyen a reducir la pobreza y la desigualdad.
El Banco Central de Honduras (BCH) tiene una expectativa positiva para el ingreso de remesas familiares en el próximo año. Según el BCH, la proyección para 2023 es un crecimiento de 8.5%, equivalente a 738.3 millones de dólares, respecto al valor estimado para 2022. Esto significa que el flujo de remesas seguirá aumentando, aunque a un ritmo menor que el registrado en los últimos años. El BCH basa su proyección en el comportamiento histórico de las remesas, así como en las condiciones económicas y sociales de los países de origen y destino de los migrantes hondureños. Las remesas familiares son una fuente importante de ingresos para muchas familias que dependen de sus parientes en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, donde reside la mayor parte de la diáspora hondureña.