MADRID, ESPAÑA.-El imán de una mezquita de Madrid que ejercía de profesor de árabe fue detenido por reclutar presuntamente a jóvenes para la organización yihadista Estado Islámico (EI), informó este jueves la Guardia Civil.
“Se trata de un hombre de 44 años que aprovechaba su posición como docente para radicalizar a los menores a los que daba clase, y captar posibles candidatos para Daesh”, informó la Guardia Civil en un comunicado, refiriéndose a la organización Estado Islámico por sus siglas árabes.
“El detenido defendía ante los menores una visión violenta de la religión” y “ensalzaba la figura del terrorista suicida como una figura legítima en la lucha contra los judíos, cristianos y apóstatas”, añadió el cuerpo policial.
La Guardia Civil inició la investigación el año pasado al tener noticia de las labores de adoctrinamiento a menores del sospechoso, y la detención se produjo el 29 de noviembre.
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“Estas actividades no pasaron desapercibidas en el seno de la comunidad donde se realizaban, y generaron un conflicto” que hizo que el sospechoso las empezara a llevar a cabo con mayor privacidad, explicó la Guardia Civil.
La organización Estado Islámico vivió su momento de apogeo en 2014 cuando estableció un “califato” en partes de Siria e Irak que pervivió hasta su derrota en 2019 por una coalición internacional comandada por Estados Unidos, aunque desde entonces no han dejado de cometerse atentados en su nombre.
España se encuentra desde 2015 en el segundo escalón más alto de alerta antiterrorista (el 4 de 5). Sufrió sus últimos grandes atentados en 2017 en Barcelona y la cercana localidad costera de Cambrils, en los que murieron 16 personas y 150 resultaron heridas.
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Aquellos atentados fueron ideados por el imán de una mezquita de un pueblo catalán que reclutó a un grupo de jóvenes. Casi todos ellos murieron abatidos por la policía, mientras que el imán murió en una explosión accidental mientras preparaba los ataques.
Años antes, el 11 de marzo de 2004, España sufrió el peor atentado de su historia, en Madrid, contra cuatro trenes suburbanos, que dejó 191 muertos y alrededor de 2.000 heridos, y cuyos autores los reivindicaron en nombre de Al Qaida.