Estudio revela que dietas vegetarianas disminuyen notablemente el riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas y muerte


Adoptar una dieta vegana, vegetariana o lacto-ovo vegetariana disminuye significativamente el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardíacas y de morir prematuramente por enfermedades cardiovasculares, según un nuevo análisis «paraguas» de más de 20 años de investigación.

Un análisis «paraguas» revisa los metanálisis existentes de numerosos estudios, ofreciendo una perspectiva amplia sobre la investigación en un tema específico.

Además de disminuir factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial y el colesterol, el análisis encontró un «efecto protector» contra ciertos tipos de cáncer, incluyendo los de hígado, colon, páncreas, pulmón, próstata, vejiga, melanoma, riñón y linfoma no Hodgkin, según el autor principal, el Dr. Angelo Capodici, estudiante de posgrado en la Scuola Superiore Sant’Anna de Pisa, Italia.

Los vegetarianos no consumen carne animal, mientras que la versión lacto-ovo permite lácteos y huevos, excluyendo carne, aves y pescado. El veganismo, la forma más estricta, prohíbe cualquier producto animal, incluyendo subproductos como la gelatina.

La naturaleza protectora de estas dietas puede verse afectada por malas elecciones alimentarias, advierten los autores del estudio. La Dra. Federica Guaraldi, coautora del estudio y directora médica en el Instituto de Ciencias Neurológicas IRCCS de Bolonia, Italia, señala que «las dietas que enfatizan el consumo de alimentos vegetales poco saludables, como jugos de frutas, cereales refinados, papas fritas e incluso refrescos» pueden contrarrestar los beneficios para la salud.

Jugos de fruta con altos niveles de azúcares o edulcorantes pueden tener un impacto negativo en el metabolismo, comparable al del azúcar blanco, según Guaraldi.

El estudio también destaca que quienes siguen dietas basadas en plantas suelen llevar un estilo de vida más saludable, haciendo ejercicio y evitando alimentos y bebidas azucaradas, cereales refinados, aperitivos, alcohol y tabaco. El Dr. David Katz, especialista en medicina preventiva, señala que parte de los beneficios atribuidos a la dieta pueden deberse a estas prácticas de estilo de vida.

Un estudio sobre gemelos realizado por Christopher Gardner, coautor del análisis y profesor de medicina en Stanford, encontró que los gemelos que siguieron una dieta vegana durante ocho semanas mostraron una reducción significativa en el colesterol LDL, mejores niveles de azúcar en sangre y mayor pérdida de peso en comparación con sus hermanos que consumieron carne y verduras.

Gardner explica que las plantas aportan altos niveles de vitaminas, minerales y otros compuestos con efectos antioxidantes y antiinflamatorios, mientras que reducen el impacto inflamatorio de la carne y los alimentos procesados.

La nueva revisión analizó 48 metanálisis sobre el impacto de las dietas vegetarianas y veganas en el desarrollo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y muerte prematura. El Dr. Davide Gori, coautor del estudio y profesor asociado en la Universidad de Bolonia, explicó que se incluyeron dietas lactovegetarianas, ovovegetarianas y lacto-ovovegetarianas, pero se excluyeron dietas que solo limitan ciertos tipos de carne y pescado.

El estudio concluye que las dietas basadas en plantas reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e inflamación al mejorar factores de riesgo como el índice de masa corporal, la glucosa en ayunas y la presión arterial, así como los niveles de colesterol total y LDL.

Sin embargo, las dietas basadas en plantas no mostraron beneficios para mujeres embarazadas, un hallazgo que requiere más investigación. La Dra. Guaraldi sugiere que las hormonas del embarazo y el uso de suplementos podrían haber influido en estos resultados.

Para quienes siguen dietas vegetarianas o veganas, es crucial asegurar la ingesta adecuada de vitaminas y minerales como B12, calcio, hierro, zinc, yodo y vitamina D, que pueden requerir suplementos. Las legumbres, nueces, semillas, cereales integrales y productos de soya son buenas fuentes de proteínas. Los sustitutos de carne procesada pueden ser una opción, aunque deben consumirse con precaución debido a su alto contenido de sodio.