Un estudio llevado a cabo en colaboración con la Organización Mundial de la Salud y publicado en la revista científica The Lancet estima que la obesidad afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo.
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El informe, presentado con motivo del Día Mundial contra la Obesidad del 4 de marzo, revela un alarmante aumento en la incidencia de esta enfermedad, que se ha cuadruplicado entre niños y adolescentes, y más que duplicado entre adultos, desde 1990 hasta 2022.
La denominada «epidemia» de obesidad ha avanzado más rápidamente de lo previsto, según Francesco Branca, director del departamento «Nutrición para la Salud y el Desarrollo» de la OMS.
El estudio, basado en una muestra de 220 millones de personas en más de 190 países, indica que aproximadamente 880 millones de adultos padecían obesidad en 2022, con una proporción de 504 millones de mujeres y 374 millones de hombres.
En los últimos 30 años, la tasa de obesidad ha casi triplicado entre los hombres (de 4,8% a 14%) y más que duplicado entre las mujeres (de 8,8% a 18,5%). La situación es aún más preocupante en el caso de los niños y adolescentes, con 160 millones afectados en 2022, en comparación con los 31 millones de hace tres décadas.
La obesidad, considerada una enfermedad crónica compleja y multifactorial, puede aumentar la mortalidad debido a otras patologías como enfermedades cardiovasculares, diabetes o ciertos tipos de cáncer. Durante la pandemia de COVID-19, el sobrepeso se identificó como un factor de riesgo para los contagiados.
Contrariamente a la percepción anterior de que la obesidad era un problema exclusivo de los países desarrollados, el estudio destaca que se ha convertido en un problema mundial. Francesco Branca atribuye esta expansión a una transformación rápida y desfavorable de los sistemas alimentarios en países en desarrollo.
En regiones como el Caribe, Oriente Medio o el Norte de África, países con ingresos bajos o medios muestran tasas de obesidad superiores a muchas naciones industrializadas, especialmente en Europa.
Aunque hay indicios de disminución de la obesidad en algunos países del sur de Europa, como España y Francia, la situación contrasta en regiones como el sur de Asia o África subsahariana, donde la escasez de peso sigue siendo un problema que aumenta la mortalidad en mujeres y niños pequeños antes y después del parto, así como el riesgo de muerte por enfermedades infecciosas.