La búsqueda del ángulo perfecto para una foto y su posterior publicación en redes sociales puede ser desafiante e, incluso, fatal, como lo demostró trágicamente el caso de la influencer rusa Inessa Polenko.
A sus 39 años, mientras se encontraba en Georgia, Estados Unidos, Polenko perdió la vida al caer desde un acantilado mientras se tomaba fotografías para compartir en internet.
Con una audiencia de más de 8,500 seguidores en sus redes sociales, Polenko era conocida por sus imágenes de viajes y su belleza, pero su vida se vio truncada por un accidente evitable. Según información preliminar, ignorando las advertencias de seguridad, la influencer se colocó en el borde del acantilado, perdió el equilibrio y cayó más de 50 metros, sufriendo lesiones fatales.
Este trágico suceso refleja una preocupante tendencia que revela un aumento en las muertes relacionadas con selfies en lugares peligrosos, según un estudio de la Fundación iO especializada en Medicina Tropical y del Viajero.
En Estados Unidos, por ejemplo, ocurre una muerte por selfie cada 13 días, siendo las caídas desde altura la causa principal, representando casi la mitad de los casos.
Otros factores incluyen accidentes de tráfico y ahogamientos.
Estos incidentes no son exclusivos de Estados Unidos, sino que también afectan a países como Rusia, Pakistán y Brasil, destacando la importancia de la conciencia y la precaución al capturar imágenes para las redes sociales.
